Primal Scream (hidropónica)

Piensas que estoy en detestables yerras
cuando la pulsera de tu amor
se me envaina de modo
tal que los científicos
llorarían toneladas
abanicando los
ejes roncos
de nuestras vulvas ablandadas por
el sopor de la televisión
nacional

¿Qué pleonasmos te contaron
bajo la chapa del rancho aquel
que creíste a pie juntillas
como embarazada del sonido
cuando sabemos que tus oídos se prenden (pene) fogosamente
de mis labios de docente
y mi culito sin zarpullido,
eh?

Deja un poco de creer, mujer
en la idiotez de la muchachada
tres hielos no es nada
en una torta o pastel
donde el chocolate esté al nivel
de tragarse tu papada
y tus oréganos (Raquel)
sean las tibias piscinas
donde los docentes de lentes indiferentes
nadan.