Ciudad Nylon

Vos y yo somos una lata de atún
que espera ser abierta por un rubio de
sendas rastas con las uñas limpias y
la sonrisa cool en un camping hembra
 de largas y blancas piernas
que conoce la sobredosis en una 
exuberante asfixia 
como quien rasga el cartón del secador de pelo
para descubrir que tras el brillante negro de la carcaza
se esconde el olor de lo nuevo:
plástico y cables

Vos y yo somos  la ecualización 
de una guitarra electroacústica de cuerdas de nylon
en las manos de un burro de carga trasandino
que traga pastizales enteros para llenar
todo aquello que la naturaleza le niega
a los alrededores de los chalets del
añejo barrio Carrasco donde
las veredas desiertas
ni siquiera existen
desérticas

Vos y yo somos una crema antiarrugas rosada
con humectantes, emolientes y vitamina
A
que tengo en el cajón de la mesa de luz
para lubricarme el pene y la mano
mientras voto por el complejo placer sencillo
de traerte en heterogéneas sacudidas
a que me tomes tan en serio
como el olor del semen
al otro día