Llamémosle (a un demonio)
que se presente sin hesitaciones
por suerte tú esperas
y yo me convierto en un parto
Satán, benemérito! Levanta ya tus velas
que la señora quiere papa
y el señor ladrillos refractarios
una estufa a leña de gritos
y unos cuantos sopapos
¿Qué haremos sin tus latigazos
los que a huir por la estepa canadiense toda la eternidad? ¿Eh? Medí.
¿Qué haremos?
Imagino ouijas dibujadas en los ómnibus,
sangre de cerámicos gastados,
ríos de quinielas misteriosas,
y bandadas del buitre ominoso
te confundí con un vello púbico
y nos zambullimos en un traqueteo de la gran siete
Satán, Mefisto, pobre diablo!
Las cruces están salidas,
las cucharadas aguardando,
ven a festejar el ex convicto
que nosotros perdonamos
mientras el péndulo de José,
inunda el arca de Pablo,
y la gata de Mercedes
acomoda su paja en tu establo
Tómame ahora que aún es
colaless
