Hiperquinético supongo II

El
día en que pose mi mano en tu nalga cualesquiera
como si se tratase
de un llamémosle apoyabrazo,
que vengan jaurías de Kombis
a todo lo que da cargadas con monitores de varias pulgadas
y me atropellen el respeto que he faltado
a soberanas carnes otrora lamidas
bastantito

El día en
que moje mi nada neutral gladiador ciclópeo
en tu vaginal hoyo como si
intentase rescatar en la sartén un
fallido omelette vergonzoso,
que puñales nuevitos hechos a manos por veganos
orgánicos
me devuelvan en agudos empellones
el recuerdo de cuando con honor tratábate
y a tu glotona hendija rojiza
por igual

La
noche
que derrame mis densos y pálidos lácteos finales
sobre tu magistral rostro hembra
medio de guacha putona riquísima
como eligiendo el cristalino color
de mi anual Pico Jenner duro favorito,
que millones de kilogramos de Bambis llorando a gritos
las bandadas de sus respectivas madres muertas
me incineren los oídos de la memoria
rememorándome cuando con soberbios bríos te untaba
pantagruélicas máscaras de semen