Vegana que no se masturba

El frío invernal de tus lámparas de sambayón
cortan la distancia cruel, bonita putísima
que forman tus manos bajo la sábana
mientras yo preparo los papeles pálidos
y la caldera secreta filosos himnos de cuajadas transformaciones
traslúcidas como una bala
de historieta

¿Qué hay de las frazadas que reunimos en congoja?
¿Acaso los putos saleros lloran?
Ni nos hemos presentado y ya tiras la cadena
amablemente, como un fabuloso cono sur, intrépida
y relamiéndote
en
una cuenta regresiva que prefieres cuenta atrás
porque sabes que lo demás
apesta
a tu policía represiva
más I.V.A.