XIX

La misma mirada que poso
en los límites del incienso pálido y nos venimos juntos
es la que va guiando las cacerolas
por las calles enceradas del amor y el opio
tan apretados que sumamos bolsos
tan descuidados que juntamos todo
y desparramamos despacito
unas colitas suavecitas
que no alcanzaron
paracaídas

Chupa el viento
caen las jotas
y sobre toda la mesa quedás
hecha un trapo lindo
arrugado y claro
con olores a comida y barcos
surcando océanos de manos
independientemente del volumen de la música que escucho
mientras me ducho

Adiós a tus nalgas yo
las quise y que se sepa
fueron barriadas enteras de carne poeta
tenedores de metal y velas de cera
toboganes de fuego y papeles revisados
letra por letra
ojo por ojo
con todo y tu anestesia
lástima tu anestesia
fue una macana lo de tu anestesia

Hoy se abre un hueco
que se llena con esperas
hoy se acurruca una cinta
que protege, amasa y festeja
dando todas las voces a los sordos
y todas las manos a los viejos que venden esteras
en un futuro tan albañil como tus ojazos
que ojalá que siempre se emancipen
mientras te subes los pantalones
independientemente de las monedas que pierdas
mientras me recuerdas